Salmos



Salmos 141

Salmo de David


Oh Jehovah, a ti clamo; acude pronto a mí. Escucha mi voz cuando te invoco.

Tweet thisPost on Facebook

Sea constante mi oración delante de ti, como el incienso; mis manos alzadas, como el sacrificio del atardecer.


Pon, oh Jehovah, guardia a mi boca; guarda la puerta de mis labios.

Tweet thisPost on Facebook

No dejes que mi corazón se incline a cosa mala, para hacer obras perversas con los hombres que obran iniquidad. No coma yo de sus manjares.


Que el justo me castigue y me reprenda será un favor. Pero que el aceite del impío no embellezca mi cabeza, pues mi oración será continuamente contra sus maldades.

Tweet thisPost on Facebook

Sean derribados sus jueces en lugares peñascosos, y oigan mis palabras, que son agradables.

Tweet thisPost on Facebook

Como cuando se ara y se rompe la tierra, así son esparcidos nuestros huesos en la boca del Seol.


Por eso, oh Señor Jehovah, hacia ti miran mis ojos. En ti me refugio; no expongas mi vida.


Guárdame de los lazos que me han tendido, y de las trampas de los que obran iniquidad.


Caigan juntos los impíos en sus propias redes, mientras yo paso a salvo.







This goes to iframe