Proverbios



Proverbios 7


Hijo mío, guarda mis palabras y atesora mis mandamientos dentro de ti.

Tweet thisPost on Facebook

Guarda mis mandamientos y vivirás; guarda mi enseñanza como a la niña de tus ojos.


Atalos a tus dedos; escríbelos en la tabla de tu corazón.


Di a la sabiduría: "Tú eres mi hermana", y a la inteligencia llama: "Mi pariente."

Tweet thisPost on Facebook

Te guardará de la mujer ajena, de la extraña que halaga con sus palabras.

Tweet thisPost on Facebook

Mirando yo por la ventana de mi casa, por entre mi celosía,


vi entre los ingenuos y observé entre los jóvenes a uno falto de entendimiento.


El pasaba por la plaza, cerca de la esquina, y caminaba en dirección a la casa de ella.

Tweet thisPost on Facebook

Era al anochecer; ya oscurecía. Sucedió en medio de la noche y en la oscuridad.


Y he aquí que una mujer le salió al encuentro con vestido de prostituta y astuta de corazón.


Ella es alborotadora y obstinada; sus pies no pueden estar en casa.


Unas veces está afuera; otras veces por las plazas, acechando por todas las esquinas.


Se prendió de él, lo besó y descaradamente le dijo:

Tweet thisPost on Facebook

"Sacrificios de paz había prometido, y hoy he pagado mis votos.

Tweet thisPost on Facebook

Por eso he salido a tu encuentro, a buscarte, y te he encontrado.

Tweet thisPost on Facebook

He preparado mi cama con colchas; la he tendido con lino de Egipto.


He perfumado mi cama con mirra, áloe y canela.

Tweet thisPost on Facebook

Ven, saciémonos de caricias hasta la mañana; deleitémonos en amores.


Porque el marido no está en casa; partió para un largo viaje.

Tweet thisPost on Facebook

Llevó consigo una bolsa de dinero; el día de la luna llena volverá a su casa."

Tweet thisPost on Facebook

Lo rindió con su mucha persuasión; lo sedujo con la suavidad de sus labios.


En seguida se va tras ella, como va el buey al matadero, como un cordero al que lo ata; va como un venado,

Tweet thisPost on Facebook

hasta que una flecha le atraviesa el hígado; como el ave que se apresura a la red, y no sabe que le costará la vida.

Tweet thisPost on Facebook

Ahora pues, hijos, oídme; prestad atención a los dichos de mi boca.

Tweet thisPost on Facebook

No se aparte tu corazón tras sus caminos, ni te descarríes por sus sendas.


Porque a muchos ha hecho caer muertos; los que ella ha matado son innumerables.


Su casa está en los caminos del Seol que descienden a las cámaras de la muerte.







This goes to iframe