Jonás



 


La palabra de Jehovah vino a Jonás hijo de Amitai, diciendo:


"Levántate y vé a Nínive, la gran ciudad, y predica contra ella; porque su maldad ha subido a mi presencia."


Entonces Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehovah a Tarsis. Descendió a Jope y halló un barco que iba a Tarsis; y pagando su pasaje, entró en él para irse con ellos a Tarsis, huyendo de la presencia de Jehovah.


Pero Jehovah lanzó un gran viento sobre el mar, y se produjo una enorme tempestad, de manera que el barco estaba a punto de romperse.

Tweet thisPost on Facebook

Los marineros tuvieron miedo, y cada uno invocaba a su dios. Y echaron al mar el cargamento que había en el barco, para aligerarlo. Pero Jonás había bajado al fondo del barco, se había acostado y se había quedado profundamente dormido.


El capitán del barco se acercó a Jonás y le dijo: --¿Qué te pasa, dormilón? ¡Levántate e invoca a tu dios! Quizás él se fije en nosotros, y no perezcamos.


Entonces se dijeron unos a otros: --¡Venid y echemos suertes para saber por culpa de quién nos ha sobrevenido este mal! Echaron suertes, y la suerte cayó sobre Jonás.


Entonces le dijeron: --Decláranos por qué nos ha sobrevenido este mal. ¿Qué oficio tienes y de dónde vienes? ¿Cuál es tu país, y de qué pueblo eres?


El respondió: --Soy hebreo y temo a Jehovah, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra.

Tweet thisPost on Facebook

Aquellos hombres temieron muchísimo y le preguntaron: --¿Por qué has hecho esto? Pues entendieron que huía de la presencia de Jehovah, ya que él se lo había declarado.

Tweet thisPost on Facebook

Y le preguntaron: --¿Qué haremos contigo para que el mar se nos calme? Porque el mar se embravecía más y más.


Y él respondió: --Levantadme y echadme al mar, y se os calmará; pues yo sé que por mi causa os ha sobrevenido esta gran tempestad.


Aquellos hombres remaban para hacer volver el barco a tierra, pero no pudieron, porque el mar se embravecía cada vez más.


Entonces clamaron a Jehovah diciendo: --¡Oh Jehovah, por favor, no perezcamos nosotros por la vida de este hombre! No nos hagas responsables de sangre inocente, porque tú, oh Jehovah, has hecho como has querido.


Entonces levantaron a Jonás y lo echaron al mar, y el mar cesó de su furia.

Tweet thisPost on Facebook

Y aquellos hombres temieron grandemente a Jehovah; le ofrecieron un sacrificio e hicieron votos.

Tweet thisPost on Facebook






This goes to iframe