Mateo



Mateo 27


Al amanecer, todos los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo tomaron consejo contra Jesús para entregarle a muerte.


Y después de atarlo, le llevaron y le entregaron al procurador Pilato.


Entonces Judas, el que le había entregado, al ver que era condenado, sintió remordimiento y devolvió las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos,


diciendo: --Yo he pecado entregando sangre inocente. Pero ellos dijeron: --¿Qué nos importa a nosotros? ¡Es asunto tuyo!

Tweet thisPost on Facebook

Entonces él, arrojando las piezas de plata dentro del santuario, se apartó, se fue y se ahorcó.


Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: --No es lícito ponerlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre.

Tweet thisPost on Facebook

Y habiendo tomado acuerdo, compraron con ellas el campo del Alfarero, para sepultura de los extranjeros.


Por eso aquel campo se llama Campo de Sangre, hasta el día de hoy.

Tweet thisPost on Facebook

Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Y tomaron las treinta piezas de plata, precio del apreciado, según el precio fijado por los hijos de Israel;


y las dieron para el campo del Alfarero, como me ordenó el Señor.

Tweet thisPost on Facebook

Jesús estuvo de pie en presencia del procurador, y el procurador le preguntó diciendo: --¿Eres tú el rey de los judíos? Jesús le dijo: --Tú lo dices.


Y siendo acusado por los principales sacerdotes y por los ancianos, no respondió nada.


Entonces Pilato le dijo: --¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti?


El no le respondió ni una palabra, de manera que el procurador se maravillaba mucho.

Tweet thisPost on Facebook

En la fiesta, el procurador acostumbraba soltar al pueblo un preso, el que quisieran.


Tenían en aquel entonces un preso famoso que se llamaba Barrabás.

Tweet thisPost on Facebook

Estando ellos reunidos, Pilato les dijo: --¿A cuál queréis que os suelte? ¿A Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo?

Tweet thisPost on Facebook

Porque sabía que por envidia le habían entregado.


Mientras él estaba sentado en el tribunal, su esposa le mandó a decir: "No tengas nada que ver con ese justo, porque hoy he sufrido muchas cosas en sueños por causa de él."


Entonces los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a las multitudes que pidieran a Barrabás y que dieran muerte a Jesús.


Y respondiendo el procurador les dijo: --¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Ellos dijeron: --¡A Barrabás!

Tweet thisPost on Facebook

Pilato les dijo: --¿Qué, pues, haré con Jesús, llamado el Cristo? Todos dijeron: --¡Sea crucificado!


Y el procurador les dijo: --Pues, ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aun más fuerte diciendo: --¡Sea crucificado!

Tweet thisPost on Facebook

Пилат пере руке

Y cuando Pilato se dio cuenta de que no se lograba nada, sino que sólo se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante de la multitud, diciendo: --¡Yo soy inocente de la sangre de éste! ¡Será asunto vuestro!


Respondió todo el pueblo y dijo: --¡Su sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos!


Entonces les soltó a Barrabás; y después de haber azotado a Jesús, le entregó para que fuese crucificado.


Entonces los soldados del procurador llevaron a Jesús al Pretorio y reunieron a toda la compañía alrededor de él.

Tweet thisPost on Facebook

Después de desnudarle, le echaron encima un manto de escarlata.


Римски војници се ругају Исусу

Habiendo entretejido una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha pusieron una caña. Se arrodillaron delante de él y se burlaron de él, diciendo: --¡Viva, rey de los judíos!


Y escupiendo en él, tomaron la caña y le golpeaban la cabeza.


Y cuando se habían burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus propios vestidos y le llevaron para crucificarle.


Симон из Кирине носи Исусов крст

Mientras salían, hallaron a un hombre de Cirene llamado Simón. A éste le obligaron a cargar la cruz de Jesús.


Cuando llegaron al lugar que se llama Gólgota, que significa lugar de la Calavera,

Tweet thisPost on Facebook

le dieron a beber vino mezclado con ajenjo; pero cuando lo probó, no lo quiso beber.


Војници бацају коцку за Исусову доламу

Después de crucificarle, repartieron sus vestidos, echando suertes.


Y sentados, le guardaban allí.

Tweet thisPost on Facebook

Pusieron sobre su cabeza su acusación escrita: ESTE ES JESUS, EL REY DE LOS JUDIOS.


Спаситељ разапет између злочинаца

Entonces crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda.


Los que pasaban le insultaban, meneando sus cabezas


y diciendo: --Tú que derribas el templo y en tres días lo edificas, ¡sálvate a ti mismo, si eres Hijo de Dios, y desciende de la cruz!


De igual manera, aun los principales sacerdotes junto con los escribas y los ancianos se burlaban de él, y decían:

Tweet thisPost on Facebook

--A otros salvó; a sí mismo no se puede salvar. ¿Es rey de Israel? ¡Que descienda ahora de la cruz, y creeremos en él!

Tweet thisPost on Facebook

Ha confiado en Dios. Que lo libre ahora si le quiere, porque dijo: "Soy Hijo de Dios."


También los ladrones que estaban crucificados con él le injuriaban de la misma manera.


Desde la sexta hora descendió oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora novena.


Como a la hora novena Jesús exclamó a gran voz diciendo: --¡Elí, Elí! ¿Lama sabactani? --que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?--


Cuando algunos de los que estaban allí le oyeron, decían: --Este hombre llama a Elías.

Tweet thisPost on Facebook

Y de inmediato uno de ellos corrió, tomó una esponja, la llenó de vinagre, y poniéndola en una caña, le daba de beber.


Pero otros decían: --Deja, veamos si viene Elías a salvarlo.

Tweet thisPost on Facebook

Pero Jesús clamó otra vez a gran voz y entregó el espíritu.

Tweet thisPost on Facebook

Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. La tierra tembló, y las rocas se partieron.


Se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de hombres santos que habían muerto se levantaron;


y salidos de los sepulcros después de la resurrección de él, fueron a la santa ciudad y aparecieron a muchos.

Tweet thisPost on Facebook

Y cuando el centurión y los que con él guardaban a Jesús vieron el terremoto y las cosas que habían sucedido, temieron en gran manera y dijeron: --¡Verdaderamente éste era Hijo de Dios!


Estaban allí muchas mujeres mirando desde lejos. Ellas habían seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndole.


Entre ellas se encontraban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.


Al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea llamado José, quien también había sido discípulo de Jesús.


Este se presentó a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le diese.

Tweet thisPost on Facebook

José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia

Tweet thisPost on Facebook

y lo puso en su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña. Luego hizo rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, y se fue.


Исусов погреб

Estaban allí María Magdalena y la otra María, sentadas delante del sepulcro.

Tweet thisPost on Facebook

Al día siguiente, esto es, después de la Preparación, los principales sacerdotes y los fariseos se reunieron ante Pilato,

Tweet thisPost on Facebook

diciendo: --Señor, nos acordamos que mientras aún vivía, aquel engañador dijo: "Después de tres días resucitaré."


Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no sea que sus discípulos vengan y roben el cadáver, y digan al pueblo: "Ha resucitado de los muertos." Y el último fraude será peor que el primero.

Tweet thisPost on Facebook

Pilato les dijo: --Tenéis tropas de guardia. Id y aseguradlo como sabéis hacerlo.


Ellos fueron, y habiendo sellado la piedra, aseguraron el sepulcro con la guardia.







This goes to iframe