1 Pedro



1 Pedro 2


Habiendo pues dejado toda maldad, todo engaño, hipocresía, envidia y toda maledicencia,

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desead como niños recién nacidos la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación;


puesto que habéis probado que el Señor es bondadoso.


Acercándoos a él, la Piedra Viva--que fue ciertamente rechazada por los hombres, pero delante de Dios es elegida y preciosa--,

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también vosotros sed edificados como piedras vivas en casa espiritual para ser un sacerdocio santo, a fin de ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por medio de Jesucristo.


Por esto contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la Piedra del ángulo, escogida y preciosa. Y el que cree en él jamás será avergonzado.


De manera que, para vosotros que creéis, es de sumo valor; pero para los que no creen: La piedra que desecharon los edificadores, ésta fue hecha cabeza del ángulo,


y: piedra de tropiezo y roca de escándalo. Aquéllos tropiezan, siendo desobedientes a la palabra, pues para eso mismo fueron destinados.


Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido, para que anunciéis las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable.

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