Jueces



Jueces 15


Después de algún tiempo, en los días de la siega del trigo, Sansón fue a visitar a su mujer llevándole un cabrito del rebaño. Y pensó: "Me uniré a mi mujer en el cuarto." Pero el padre de ella no le dejó entrar.


El padre de ella dijo: --Pensé que la aborrecías del todo y se la di a tu compañero. Pero su hermana menor, ¿no es más hermosa que ella? Tómala, por favor, para ti en su lugar.


Sansón le respondió: --¡Esta vez yo quedaré sin culpa ante los filisteos, si les hago algún mal!

Tweet thisPost on Facebook

Sansón se fue, atrapó 300 zorras, tomó teas, y atando las zorras por las colas, puso una tea entre cada dos colas.

Tweet thisPost on Facebook

Después prendió fuego a las teas, soltó las zorras en los trigales de los filisteos, y quemó las gavillas y la mies por segar, y hasta las viñas y los olivares.

Tweet thisPost on Facebook

Entonces los filisteos preguntaron: --¿Quién ha hecho esto? Y les respondieron: --Sansón, el yerno del timnateo, porque éste le quitó su mujer y se la dio a su compañero. Los filisteos fueron y quemaron a la mujer y a su padre.


Entonces Sansón les dijo: --Puesto que habéis actuado así, ¡ciertamente no pararé hasta haberme vengado de vosotros!

Tweet thisPost on Facebook

Entonces les golpeó en el muslo y en la cadera, con gran mortandad. Luego descendió y habitó en la cueva de la peña de Etam.


Entonces los filisteos subieron y acamparon en Judá, extendiéndose hasta Leji.

Tweet thisPost on Facebook

Y los hombres de Judá les preguntaron: --¿Por qué habéis subido contra nosotros? Ellos respondieron: --Hemos subido para prender a Sansón, a fin de hacerle lo mismo que él nos ha hecho.

Tweet thisPost on Facebook

Entonces bajaron 3.000 hombres de Judá a la cueva de la peña de Etam y preguntaron a Sansón: --¿No sabes tú que los filisteos dominan sobre nosotros? ¿Qué es esto que nos has hecho? El les respondió: --Lo mismo que ellos me han hecho a mí, eso les he hecho yo a ellos.


Entonces le dijeron: --Hemos venido para prenderte y entregarte en mano de los filisteos. Y Sansón les dijo: --Juradme que vosotros no me mataréis.

Tweet thisPost on Facebook

Le respondieron: --No; de ninguna manera te mataremos. Sólo te ataremos bien y te entregaremos en su mano. Entonces lo ataron con dos cuerdas nuevas y lo hicieron subir de la peña.

Tweet thisPost on Facebook

Cuando llegaba hasta Leji, los filisteos salieron a su encuentro con gritos de júbilo. Entonces el Espíritu de Jehovah descendió con poder sobre él, las cuerdas que estaban en sus brazos se volvieron como lino quemado al fuego, y las ataduras se cayeron de sus manos.