Job



Job 13


HE AQUI que todas estas cosas han visto mis ojos, Y oído y entendido de por sí mis oídos.

Tweet thisPost on Facebook

Como vosotros lo sabéis, lo sé yo; No soy menos que vosotros.


Mas yo hablaría con el Todopoderoso, Y querría razonar con Dios.


Que ciertamente vosotros sois fraguadores de mentira; Sois todos vosotros médicos nulos.


Ojalá callarais del todo, Porque os fuera sabiduría.


Oid ahora mi razonamiento, Y estad atentos á los argumentos de mis labios.


¿Habéis de hablar iniquidad por Dios? ¿Habéis de hablar por él engaño?


¿Habéis de hacer acepción de su persona? ¿Habéis de pleitear vosotros por Dios?


¿Sería bueno que él os escudriñase? ¿Os burlaréis de él como quien se burla de algún hombre?

Tweet thisPost on Facebook

El os reprochará de seguro, Si solapadamente hacéis acepción de personas.

Tweet thisPost on Facebook

De cierto su alteza os había de espantar, Y su pavor había de caer sobre vosotros.

Tweet thisPost on Facebook

Vuestras memorias serán comparadas á la ceniza, Y vuestros cuerpos como cuerpos de lodo.

Tweet thisPost on Facebook

Escuchadme, y hablaré yo, Y véngame después lo que viniere.

Tweet thisPost on Facebook

¿Por qué quitaré yo mi carne con mis dientes, Y pondré mi alma en mi mano?


He aquí, aunque me matare, en él esperaré; Empero defenderé delante de él mis caminos.


Y él mismo me será salud, Porque no entrará en su presencia el hipócrita.


Oid con atención mi razonamiento, Y mi denunciación con vuestros oídos.

Tweet thisPost on Facebook

He aquí ahora, si yo me apercibiere á juicio, Sé que seré justificado.


¿Quién es el que pleiteará conmigo? Porque si ahora yo callara, fenecería.


A lo menos dos cosas no hagas conmigo; Entonces no me esconderé de tu rostro:

Tweet thisPost on Facebook

Aparta de mí tu mano, Y no me asombre tu terror.


Llama luego, y yo responderé; O yo hablaré, y respóndeme tú.

Tweet thisPost on Facebook

¿Cuántas iniquidades y pecados tengo yo? Hazme entender mi prevaricación y mi pecado.

Tweet thisPost on Facebook

¿Por qué escondes tu rostro, Y me cuentas por tu enemigo?


¿A la hoja arrebatada has de quebrantar? ¿Y á una arista seca has de perseguir?


¿Por qué escribes contra mí amarguras, Y me haces cargo de los pecados de mi mocedad?


Pones además mis pies en el cepo, y guardas todos mis caminos, Imprimiéndolo á las raíces de mis pies.


Y el cuerpo mío se va gastando como de carcoma, Como vestido que se come de polilla.

Tweet thisPost on Facebook






This goes to iframe