Salmos



Salmos 86

Oración de David.


INCLINA, oh Jehová, tu oído, y óyeme; Porque estoy afligido y menesteroso.

Tweet thisPost on Facebook

Guarda mi alma, porque soy pío: Salva tú, oh Dios mío, á tu siervo que en ti confía.

Tweet thisPost on Facebook

Ten misericordia de mí, oh Jehová: Porque á ti clamo todo el día.

Tweet thisPost on Facebook

Alegra el alma de tu siervo: Porque á ti, oh Señor, levanto mi alma.

Tweet thisPost on Facebook

Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con todos los que te invocan.


Escucha, oh Jehová, mi oración, Y está atento á la voz de mis ruegos.

Tweet thisPost on Facebook

En el día de mi angustia te llamaré: Porque tú me respondes.

Tweet thisPost on Facebook

Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses, Ni obras que igualen tus obras.


Todas las gentes que hiciste vendrán y se humillarán delante de ti, Señor; Y glorificarán tu nombre.


Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas: Tú solo eres Dios.


Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad: Consolida mi corazón para que tema tu nombre.

Tweet thisPost on Facebook

Te alabaré, oh Jehová Dios mío, con todo mi corazón; Y glorificaré tu nombre para siempre.

Tweet thisPost on Facebook

Porque tu misericordia es grande para conmigo; Y has librado mi alma del hoyo profundo.


Oh Dios, soberbios se levantaron contra mí, Y conspiración de fuertes ha buscado mi alma, Y no te pusieron delante de sí.

Tweet thisPost on Facebook

Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, Lento para la ira, y grande en misericordia y verdad;


Mírame, y ten misericordia de mí: Da tu fortaleza á tu siervo, Y guarda al hijo de tu sierva.


Haz conmigo señal para bien, Y veánla los que me aborrecen, y sean avergonzados; Porque tú, Jehová, me ayudaste, y me consolaste.

Tweet thisPost on Facebook






This goes to iframe