Job
Job 40
Entonces Jehovah respondió a Job desde el torbellino y dijo:
--Cíñete, pues, los lomos como un hombre; yo te preguntaré, y tú me lo harás saber:
¿Acaso invalidarás mi juicio? ¿Me condenarás a mí para justificarte tú?
¿Tienes tú un brazo como el de Dios? ¿Y truenas con una voz como la de él?
Adórnate, pues, de majestad y alteza; vístete de gloria y esplendor.
Difunde la indignación de tu furor; mira a todo soberbio y humíllalo.
Mira a todo soberbio y somételo; pisotea a los impíos en su sitio.
Entiérralos juntos en el polvo; encierra sus rostros en lugares ocultos.
Entonces yo también reconoceré que tu mano derecha te dará la victoria.
He allí el Behemot, al cual yo hice junto contigo. Come hierba como el buey.
He aquí que su fuerza está en sus lomos y su vigor en los músculos de su vientre.
Pone su cola tensa como un cedro, y los nervios de sus muslos están entretejidos.
Sus huesos son como tubos de bronce, y su osamenta como barras de hierro.
Es una obra maestra de Dios. Sólo su Hacedor le puede acercar su espada.
Pues los montes producen hierba para él, donde retozan todos los animales del campo.
Se recuesta debajo del loto en lo oculto del cañaveral y del pantano.
Las plantas de loto lo cubren con su sombra; lo rodean los sauces del arroyo.
He aquí que cuando el río se desborda, él no se apresura a escapar. Estará confiado aunque todo el Jordán se arroje contra su boca.
¿Lo atrapan cuando está vigilando? ¿Le perforan la nariz con garfios?
¿Sacarás tú al Leviatán con anzuelo? ¿Sujetarás con una cuerda su lengua?
¿Pondrás soga de juncos en sus narices? ¿Horadarás con gancho su quijada?
¿Acaso te colmará de ruegos? ¿Te hablará con palabras sumisas?
¿Hará un trato contigo, para que lo tomes por siervo perpetuo?
¿Jugarás con él como con un pájaro? ¿Lo atarás para tus niñas?
¿Negociarán por él los grupos de pescadores? ¿Se lo repartirán entre sí los mercaderes?
¿Podrás llenar de arpones su piel o su cabeza con lanza de pescar?
Pon sobre él tu mano: Te acordarás de la batalla, ¡y nunca volverás a hacerlo!
He aquí que toda esperanza del hombre se frustra, porque ante su solo aspecto uno cae hacia atrás.