Eclesiastés



Eclesiastés 7


Mejor es el buen nombre que el perfume fino, y el día de la muerte que el día del nacimiento.


Mejor es ir a la casa de duelo que a la casa del banquete. Porque eso es el fin de todos los hombres, y el que vive lo tomará en serio.


Mejor es el pesar que la risa, porque con la tristeza del rostro se enmienda el corazón.


El corazón de los sabios está en la casa del duelo, pero el corazón de los necios está en la casa del placer.

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Mejor es oír la reprensión del sabio que oír la canción de los necios.


Porque la risa del necio es como el crepitar de las espinas debajo de la olla. Esto también es vanidad.


Ciertamente la opresión entontece al sabio, y el soborno corrompe el corazón.


Mejor es el fin del asunto que el comienzo. Mejor es el de espíritu paciente que el de espíritu altivo.

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